martes, 13 de noviembre de 2007

Festejos y rituales

EL AÑO NUEVO CHINO
En Febrero, el pueblo Chino en cualquier parte del mundo festeja una de sus fiestas mas importantes: El Año Nuevo chino. Se lo conoce también como el Festival del Año Nuevo Lunar debido a que está basado en el calendario lunar. Como en todas las culturas, es esta una ocasión que la comunidad China aprovecha como excusa para reunirse con la familia y los amigos, dejando de lado las obligaciones.
Los chinos mantienen vivas muchas leyendas que con los siglos han ido modificándose y simbolizan los distintos aspectos de esta festividad. Una de las leyendas más famosas es la de Nien, (que en chino significa justamente “año”). Se trata de una bestia de gran crueldad, que se dedicaba a comerse a las personas en la víspera del año nuevo, una de las maneras de librarse de Nien, se debían pegar en las puertas de las casas, “coplas” de papel rojo. También se mantenía la iluminación por medio de antorchas y se encendían petardos.
Las razones de esto eran que Nien le temía mucho al color rojo, a la luz del fuego y a los ruidos estruendosos.
Luego de una noche triunfal en la que la Bestia Nien fue ahuyentada, los chinos se ven y se dicen “Kung hsi” (felicitaciones!).



OTROS FESTEJOS Y RITUALES.
Tradicionalmente la celebración del año nuevo dura tres semanas, si bien los festejos solo duran unos días. El día 24 del mes lunar nro. 12, comienza una serie de rituales que están fundamentados en aspectos folclóricos y creencias populares chinas ancestrales.
Así el día del inicio, según dichas creencias, varios dioses ascienden al Cielo para presentar
sus respetos e informar acerca de temas domésticos al Emperador de Jade, que es la máxima divinidad Taoísta.
Las familias rinden tributo a estos dioses, quemando papel moneda para uso ritual, porque así “pagarán sus gastos de viaje”. También colocan azúcar de malta en los labios del Dios de la Cocina, quien a cambio presentará información favorable al Emperador de Jade, guardando silencio sobre las cosas impropias.
Suelen verse así mismo, las famosas "coplas de primavera" alrededor de la casa. Estas son muy comunes en negocios chinos en cualquier parte del mundo: son rollos y cuadros de papel escritos con Palabras de buen augurio, tales como "larga vida" "buena suerte", "riqueza"... Los cuadros de papel son generalmente pegados al revés, debido a que la letra equivalente en mandarín para "al revés", tao, es homófona con la palabra "llegada". Los cuadros de papel representan entonces la "llegada" de la primavera y el "arribo" de tiempos de prosperidad y abundancia.
Una de las costumbres de mayor importancia es la reunión familiar, un acto de exaltación de los afectos. En la Víspera del Año Nuevo, los miembros de la familia que ya no viven en la casa hacen un esfuerzo especial para retornar al hogar para una reunión y compartir la mesa familiar, que suele ser abundante. En ese momento, los miembros de la familia entregan "dinero de buena suerte" en hong bau (sobres rojos) a los ancianos y niños.
Otra creencia de los chinos, es que el hecho de permanecer despierto durante toda la noche de la Víspera del Año Nuevo contribuye a que sus padres tengan una vida más larga. Por dicho motivo, suelen quedarse despiertos luego de la cena, durante la noche entera.
Lo primero que se hace en el Día del Año Nuevo es rendir homenaje a los antepasados.
Luego, se veneran a los dioses, seguido por un acto donde los miembros más jóvenes de la familia presentan sus respetos a los mayores que todavía viven.
“Kung-hsi fa-tsai”...Felicidades y Prosperidad, es el mensaje que la gente brinda a los amigos, vecinos y familiares para intercambiar buenos deseos. Es (como en las otras culturas) un momento propicio para la reconciliación, donde se dejan aparte los rencores del pasado en medio de la atmósfera amistosa, llena de calor humano.
No pueden faltar en el Festival del Año Nuevo chino las danzas del dragón y del león, rituales utilizados por los chinos en toda ocasión en la que sea importante ahuyentar las malas ondas y atraer la buena fortuna.
El segundo día del Festival del Año Nuevo chino es el día en que las hijas casadas retornan al hogar de sus padres. Si ella es una recién casada, su marido la debe acompañar y llevar regalos para su familia. Según una encantadora leyenda, el tercer día del Año Nuevo es el día en que los ratones casan a sus Hijas. Por eso, durante esa noche, se supone que la gente debe acostarse temprano para que los ratones puedan llevar a cabo sus Ceremonias de matrimonio.
En el cuarto día, el fervor comienza a disiparse. En la tarde, la gente prepara ofrendas de comida para recibir el retorno del Dios de la Cocina y su séquito de su viaje a la corte del Emperador de Jade. El retorno del Dios de la Cocina significa el fin de la libertad de la supervisión espiritual, por eso un popular refrán chino dice: "Nunca es muy temprano para despedir a los dioses ni es muy tarde para invitarlos a que retornen".
El quinto día pone fin a las festividades del Año Nuevo chino. Se quitan todas las ofrendas de los altares y la vida retorna a la normalidad.
Finalmente, en el noveno día, se presentan numerosas ofrendas en el atrio o patio de los templos para celebrar el cumpleaños del Emperador del Jade, que según la creencia popular, nació inmediatamente después de la medianoche del noveno día.
Como en todas las festividades chinas, la comida juega un papel importante durante todo el Año Nuevo chino, y las cenas tienden a ser especialmente suntuosas. Muchos de los platos que se preparan para esta ocasión se sirven debido a que son considerados como símbolos de buena suerte. Por ejemplo, el pescado (yu) representa "abundancia"; la cebollina (chiu-tsai) significa “Eternidad"; los nabos (tsai-tou) simbolizan "buen augurio"; mientras que las bolas de pescado (yu-wan) y de carne (jou-wan) representan "reunión". También se preparan bocadillos auspiciosos para la ocasión, tales como el budín de arroz glutinoso (nien-kao), para desearle a la gente que "avance hacia cargos más altos". La gente del norte de China generalmente prepara empanadillas (shui-chiao) que tienen la forma de lingotes de oro y supuestamente ayudan a quienes las coman a tener riqueza.
Sin embargo, el festival del Año Nuevo chino no es solamente diversión a gusto, y ciertos tabúes y supersticiones de la temporada nunca han perdido su poder persuasivo. Por ejemplo, la gente cree que barrer el piso durante los primeros cinco días del Año Nuevo Lunar es de mala suerte, debido a que uno puede accidentalmente barrer la buena suerte y riqueza de uno fuera de casa. También se prohíbe severamente el lenguaje malo y hablar de la muerte. Si se rompe un plato, es vital decir tan pronto como sea posible "sui sui ping an," que significa "paz a través del año". Hay que mantener encendidas las barras de incienso y las velas de los altares día y noche para promover la longevidad; y algunas familias esconden los cuchillos y las tijeras para evitar que uno accidentalmente corte el "hilo de la buena suerte" en el año que viene.
Algunos de esos rituales y supersticiones tienen una connotación espiritual, y por lo general, todos los templos de Taiwan se encuentran ocupados en esta época del año ya que grandes multitudes acuden a ellos para quemar incienso y orar por buena suerte. De hecho, algunos de los templos más importantes cierran sus puertas antes de la medianoche en la Víspera del Año Nuevo a medida que la ruidosa e ilusionada muchedumbre se congrega afuera. Al tocar la medianoche, las puertas se abren de par en par y la gente se desplaza al frente en un intento por ser el primero en colocar su incienso en el incensario, ya que otra vieja tradición dice que la primera persona será bendecida con buena suerte para todo el año venidero.
Así, varios días antes de la Víspera del Año Nuevo chino, la gente que vive lejos de sus familias comienza a prepararse para viajar a casa. En un intento por evitar los embotellamientos de tráfico, muchos comienzan el recorrido el día anterior.
Aquellos que dependen del transporte público generalmente acampan en bolsas de dormir en los aeropuertos, estaciones de tren y terminales de buses para asegurarse de obtener las reservaciones de la fecha en que viajarán, y los boletos usualmente desaparecen al momento que son puestos a la venta. Los trenes, buses y aviones están siempre llenos. No importa cuán pesada sea la jornada, se considera que vale la pena soportar todas las inconveniencias una vez que la familia se encuentre reunida en la mesa para la cena del Año Nuevo Lunar, la comida más importante del año. En efecto, no importa cuáles sean los cambios a través del tiempo, la noción de reunirse con la familia siempre se encuentra en el centro de las celebraciones del Año Nuevo chino.


Fotos de Sr. Noberto Cuenca

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